Más que un Monumento: El Veredicto Final sobre el TOM.
El visitante se alejó, pero la impresión del teatro no lo abandonó. La graduación de su cuñada había sido el pretexto, pero la revelación había sido el verdadero regalo.
Su conclusión fue clara: el Teatro de la Ópera de Maracay es mucho más que un hito arquitectónico o un Monumento Nacional en un papel. Es un espejo.
Hoy, ese espejo se ve rejuvenecido, cómodo, brillante y funcional. Y lo que refleja es una ciudad que ha decidido creer en su propia leyenda. Refleja una comunidad que valora sus triunfos y que ha pulido su joya más preciada.
Él, que había entrado buscando solo asistir a un evento familiar, salía como un converso. El TOM no es solo un lugar para visitar; es un lugar para sentir. Es la prueba viva de que la grandeza de Aragua, tantas veces pasada por alto, está allí, intacta, esperando que más visitantes abran los ojos y la vean brillar.

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